0
Bienestar

Ejercicio y diabetes: ¿Qué relación tienen?

By junio 2, 2020 junio 5th, 2020 No Comments

He creído oportuno dedicar este post a la temática de ejercicio y diabetes teniendo en cuenta que, con el progresivo desconfinamiento que estamos viviendo estos días, estamos todos retomando de nuevo la práctica deportiva en nuestras calles y montes.

Nadie cuestiona hoy en día que el ejercicio es una parte integral dentro del tratamiento de la diabetes tipo 2, junto con la dieta y la terapia medicamentosa. De hecho, todas las sociedades científicas recomiendan su práctica habitual con una importancia similar a cumplir con la dieta y el tratamiento farmacológico. Sin embargo, este aspecto no ha estado siempre tan claro en pacientes con diabetes tipo 1. Las ventajas son menos evidentes debido a que el aumento de sensibilidad a la insulina que se produce en la práctica deportiva tiene menos importancia en la diabetes tipo 1 que en la tipo 2, donde la resistencia a la insulina desempeña un papel primordial dentro de la patogénesis de la enfermedad.

A pesar de lo anterior, no podemos olvidar que las complicaciones que caracterizan a la diabetes, tanto a la tipo 1 como a la 2, son producidas por alteraciones en la circulación sanguínea. Por tanto, todo aquello que comporte una mejoría de la situación cardiovascular va a suponer una ventaja para el paciente. Además, en un paciente con diabetes tipo 1 el ejercicio permite un control metabólico similar requiriendo dosis inferiores de insulina y, al usar una menor cantidad de insulina, se producirá un menor aumento del peso, de la tensión arterial y de los niveles de colesterol (todos ellos efectos conocidos colaterales de la insulina), de modo que la persona que practica deporte, además de mejorar su situación de bienestar general, es capaz de controlar mejor sus factores de riesgo cardiovascular. Así que no tienes excusa, ¡Debes hacer deporte!

Beneficios del ejercicio físico en diabetes:

Como comentábamos la práctica deportiva ayuda a aumentar la sensibilidad del cuerpo a la acción de la hormona insulina, y por tanto a la captación periférica de glucosa. Es importante tener en cuenta que este efecto se mantiene durante algunas horas, después de la actividad. Esto es debido a que el ejercicio ha activado a las células para captar glucosa de la sangre, efecto que suele durar unas cuantas horas, aunque la actividad ya se haya concluido (depende del tipo de ejercicio realizado).

Además de lo anterior, el ejercicio aporta numerosos beneficios para el corazón, la circulación, la respiración, los músculos, etc. A modo de resumen, podríamos destacar lo siguiente:

  1. Aumenta la capacidad respiratoria y estimula la circulación. La circulación en todos los músculos se incremente, incluido el músculo cardiaco, favoreciendo la alimentación del corazón y su capacidad contráctil y de adaptación al propio ejercicio.
  2. Ayuda a mantener un peso adecuado. Gracias a la actividad física la masa magra aumenta y se disminuye la masa grasa.
  3. Aumenta la elasticidad y la fuerza muscular.
  4. Ayuda a disminuir los niveles de colesterol LDL (“malo”) y de colesterol, al mismo tiempo que aumentan los niveles de colesterol HDL (“bueno”).
  5. Aumenta la sensación de bienestar general y disminuye el estrés psicológico.
  6. Mejora el aspecto y la postura corporal.
  7. Contribuye en la prevención y control de conductas perjudiciales para la salud como fumar, consumir alcohol o drogas.
Lanzarte a practicar deporte:

La práctica de ejercicio en personas con diabetes deriva en la necesidad de realizar más ajustes en su tratamiento insulínico habitual, ajustes que en ocasiones pueden llegar a ser complejos. Además, la práctica de ejercicio en personas con diabetes puede incrementar el riesgo de sufrir hipoglucemias. Posiblemente esto ocurre por no aplicar las medidas oportunas, como modificar las dosis de insulina o aumentar la ingesta de hidratos de carbono.

Estas son probablemente las principales razones por las que muchos pacientes diabéticos evitan practicar deporte, aunque no podemos permitir que esto nos limite e impida poder realizar deporte. Hay una serie de estrategias que facilitan dichos ajustes, como hacer el ejercicio a la misma intensidad y a la misma hora. Además, existen algoritmos para modificar las dosis de insulina y la toma de hidratos de carbono en función del tipo de deporte, duración e intensidad del mismo, hora a la que se practica y tipo de insulinas que se utilicen. Debemos de poder realizar cualquier deporte que nos entusiasme (prueba de ello la impulsora de este proyecto Sweet Warrior, Ares Teixidó).

Algunos otros pacientes sienten rechazo hacia la práctica de ejercicio físico porque tal vez no hayan encontrado una actividad que les guste o les motive. A veces, se intenta recomendar a todos los pacientes de forma generalizada “nadar” o “andar”; pero el ejercicio físico es mucho más que eso, y para ello también es importante poder dejarte asesorar por parte de especialistas del deporte sobre qué tipo de ejercicio se adapta mejor a tus preferencias y necesidades.

Consideraciones a tener en cuenta durante la práctica de ejercicio:

Se recomienda que los primeros meses tras el debut de la diabetes se eviten practicar aquellos deportes que puedan suponer un riesgo para uno mismo o para los demás (tales como alpinismo, escalada, deportes acuáticos, etc.) así como evitar realizarlos sin la presencia de terceras personas que puedan socorrernos en caso de necesidad.

Asimismo, hay que evitar hacer ejercicio cuando la glucosa está por encima de 300 mg/dl o de 250 mg/dl junto con la presencia de cuerpos cetónicos (que podemos determinar mediante un medidos de cetonas). También hay que respetar las contraindicaciones que se derivan de la presencia de ciertas complicaciones como la neuropatía periférica grave, situación en la que es preferible practicar deportes que no supongan una carga excesiva sobre las extremidades (natación, ciclismo), la retinopatía, que contraindica el ejercicio muy vigoroso y el de resistencia, o la neuropatía autonómica (hay que hacer un estudio cardiológico completo antes de comenzar con el ejercicio).

Por otro lado, hay que tener en cuenta que no todos los deportes son iguales y que en algunos casos ciertas actividades deportivas pueden favorecer la subida de azúcar o hiperglucemia. Aunque no es el efecto más habitual, puede ocurrir cuando el ejercicio es de muy alta intensidad y se realiza por cortos espacios de tiempo (por ejemplo, un sprint de 100 metros lisos). Esto es debido a la liberación de hormonas con efecto contrario a la insulina (hormonas contrarreguladoras) que favorecen el aumento de la glucosa plasmática.

Por todo lo anterior es muy importante tener en cuenta el tipo de deporte que vamos a practicar, si en éste predomina la resistencia cardiovascular o bien la fuerza muscular, así como la duración, la frecuencia y la intensidad del mismo. Hay que tener en cuenta que cada tipo de ejercicio tiene un consumo de glucosa diferente y por tanto que el ajuste en la dosis de insulina o la ingesta de carbohidratos va a tener que ser también diferente.

Eso es todo, ¡¡Espero os sirva de ayuda!!

C. Puig Jové

Puedes seguirme en Twitter @PuigJove