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Bienestar

Cómo conservar y administrar la insulina

Este post va dirigido a repasar el correcto uso de la insulina pues tan importante es el hecho de administrarnos insulina como el hacerlo correctamente. Aunque las personas diabéticas son sin duda los mayores expertos en el manejo de la insulina, nunca está de más repasar la teoría. Por ello, he querido dedicar este post a recordar cuál es el modo correcto de su conservación y administración.

Conservación de la insulina:

La insulina viene habitualmente en una caja que contiene varios viales (bolígrafos). El vial que se vaya a utilizar debe guardarse a temperatura ambiente, ya que si la inyección de insulina está fría su administración puede resultar más dolorosa. Este vial se utilizará durante un mes y luego se debe desechar, aunque aún contenga insulina. La insulina a temperatura ambiente (hasta los 30ºC) pierde sus propiedades a los 30 días.

El resto de los bolígrafos deben guardarse en su caja dentro del frigorífico, en la zona alta de la puerta, aproximadamente donde se colocan los huevos (que suele ser la parte menos fría dentro de la nevera), manteniéndolos entre 4º y 8ºC. Nunca se deben meter dentro del congelador. Por último, antes de su uso siempre se debe comprobar que el aspecto de la insulina sea normal y que no esté caducada.

Uso de las agujas:

Los endocrinos reiteramos constantemente en consultas la importancia del recambio de agujas. Esto es debido a que las agujas que usamos para administrar insulina llevan una base de vaselina para un solo uso, el uso reiterado de la misma aguja produce el despunte del bisel aumentando el riesgo de sangrados, hematomas, cicatrices, infecciones o rotura de aguja y lipodistrofias, además del hecho de que la insulina puede no bajar correctamente a través de la aguja y estar administrándonos menos cantidad de la que realmente deseamos. Por esto se debe recomendar cambiar la aguja con cada una o dos administraciones.

Aquí se adjunta una foto de microscopía electrónica en la que podéis ver una aguja de insulina al estrenarla y cómo queda la aguja tras una, dos y seis aplicaciones.

Por otra parte, tras perderse la capa de silicona de la aguja queda expuesto el metal del que está compuesta que suele ser níquel, metal al que algunos pacientes son alérgicos.

En las farmacias veréis que tienen agujas distintos tamaños que por lo general van de los 6 a los 12mm (6-8-10-12 mm). La elección de la aguja dependerá del grosor del tejido subcutáneo que tenga cada persona, entendiendo que personas como mayor componente de tejido adiposo probablemente necesitarán una aguja más larga. Deja que sea tu médico quien te asesore al respecto.

Técnica de inyección:

la insulina se debe inyectar en el tejido subcutáneo (entre la piel y el músculo). Para ello es conveniente pellizcar la zona mientras se administra la insulina. Si realizamos un pellizco de piel la aguja deberá introducirse siempre en un ángulo de 90º con respecto a la piel.

Es importante variar la zona de administración en cada inyección rotando por las distintas áreas en que se puede administrar la insulina. Estas áreas son el abdomen, los brazos, los muslos y los glúteos. Como decíamos, es fundamental realizar una rotación del lugar de inserción de insulina para evitar la aparición de zonas de lipodistrofia que luego impidan la correcta absorción de insulina. Se adjunta a continuación una fotografía con las diferentes áreas corporales y la rapidez de absorción que podemos esperar de cada una de ellas.

Pasos para la correcta administración de la insulina:

Inyectar la insulina es una técnica sencilla, aunque requiere de un poco de práctica y del conocimiento de los pasos necesarios para una correcta administración:

  1. Lavarse bien las manos: Una correcta higiene es fundamental.
  2. Poner la aguja en el bolígrafo: Si la insulina que vamos a administrar es insulina mixta o NPH debemos agitarla antes de usarla.
  3. Examinar la zona donde se vaya a administrar la insulina: No utilizar una zona que tenga bultos, morados, heridas o fisuras. Como ya hemos dicho antes es importante procurar rotar las áreas de punción.
  4. Limpiar el área de inyección: No es necesario desinfectar la piel con alcohol, es más importante la buena higiene y el lavado de manos.
  5. Cargar la dosis adecuada de insulina según la pauta que tengamos indicada.
  6. Pellizcar suavemente la piel como se detallaba en el punto anterior: Debemos levantar un pliegue de piel entre los dedos pulgar e índice. La inclinación de la aguja dependerá de la cantidad de grasa de la zona (45º/90º). Si se pincha en el brazo es complicado coger un pellizco por lo que pincharemos en un ángulo de 45º sin necesidad de pellizcar.
  7. Apretar el émbolo e inyectar toda la insulina y mantener pliegue durante la inyección: Se debe apretar el botón del bolígrafo hasta el final para asegurarnos de inyectar toda la insulina que queremos.
  8. Soltar el pellizco de piel.
  9. Contar hasta 6 antes de retirar la aguja de la piel: Esto es muy importante, no hay que sacas la aguja de inmediato.
  10. Sacar la aguja: Se puede presionar ligeramente el punto de punción con un algodón, pero no se debe frotar la zona.
  11. Desechar la aguja: como hemos comentado antes, la aguja solo debe utilizarse una o dos veces. Las agujas se deben desechar en un contenedor amarillo rígido que te entregarán en tu centro de salud. Si no dispusieras de dicho contenedor deberán tirarse a la basura orgánica dentro de algún recipiente bien cerrado para que no se pinchen otras personas.

Eso es todo, ¡¡Espero os sirva de ayuda!!

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